jueves, 31 de marzo de 2011

Leido al pasar III

Te darás cuenta de que te necesito? Sabrás percibir mi falta de fuerzas para cerrar la boca y acallar mi cabeza y no posar los dedos en el teclado diciendo lo que siento? tendrás idea de lo que QUIERO tenerte entre mis brazos?

Imaginarás mi angustia en este momento de saber que estás, pero sólo a través de un vidrio que no me permite nada más que observar tu vida lejos de mí?

Son demasiadas cosas dándome vueltas y más vueltas, revueltas todas en este herido corazón durante años... Pero aún como perfecta idiota que soy te dejo esa libertad que jamás podrás entender. Nunca caeré en la trampa de volver a mostrar mis sentimientos hacia VOS. Una vez fué suficiente y desapareciste. La segunda no lo hice, mantuve esa distancia tan dolorosa pero conformándome con la migaja de ser tu amiga... e igual quisiste encontrar algo que jamás te mostré, que juré (sí, juré) aún a costa de mi condena y mordiéndome los labios que estaba todo cerrado. Aparentaste creerme... y te fuiste otra vez, aún más lejos.

Perdí toda esperanza, curando mi angustia y ahogando mis lágrimas en otro hombro que no era el tuyo pero que gentilmente me ofrecieron, aún a costa de comprometerse emocionalmente con algo que era imposible... tal como lo hice durante mucho tiempo con vos.

Y volviste. De a poco... lentamente. No sé por cuanto tiempo. Cuál es tu idea de todo esto, porque sabemos los dos (y no me digas que no) que todo es por algo. Ojalá no esté todo perdido. Que confíes. Que esperes. Que pienses. Que sientas... que entiendas.

Ojalá...

jueves, 24 de marzo de 2011

Una noche mas de ausencia incontenible, en la que tus palabras giran en mi cabeza, descontroladas por el viento otoñal que las mezcla y las pierde en las sombras del olvido.

Una noche mas en que sobrevivir es la única opción para los seres desolados que sueñan con el lugar y la hora en que su corazón volverá a brillar bajo la luz de un nuevo destino.

Una noche más que agita y desgasta mis mas hondos anhelos de perfección, decepcionados por la certeza de que nada será suficiente para vencer las implicancias de las decisiones tomadas a merced de los caprichos de dos almas desesperadas.

Una noche más en que los minutos se convieten en alfileres que atraviesan mi piel a la espera de una sola línea escrita por tus dedos.

Una noche más en que la distancia convierte en necesidad esta ansiedad de amarte sin medida.

Una noche más en que la nicotina es el único alivio para el dolor que provoca la imposibilidad de pertenecer al paréntesis de realidad que creamos buscando cerrar puertas y ser nosotros por un instante.

Una noche más... Una de tantas... Triste. Solitaria. Inolvidable.

martes, 22 de marzo de 2011

Soledad

A mi soledad le faltan tus sonidos. Tu andar misterioso. Tu silencio de hielo.

A mis lunas les falta tu mirada. Tus abrazos fugaces. Tus caricias urgentes.

A mis madrugadas les faltan los botones de tu camisa. El calor de tu pecho en mi espalda. Los suspiros entrecortados de tu aliento.

A mis atardeceres les falta tu perfume. El café compartido en el balcón. La precisión de tus manos buscando lo indebido.

A mis días les falta la solidez de tus intentos. La ansiedad de tus ojos observandome a lo lejos. Y tu respirar ardiente acompañando cada beso.

A mi soledad le sobra tu ausencia. Le falta sosiego. Y le sobra deseo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Y no se que pasó. Ni cómo. Ni dónde. Ni cuándo. Ni por qué.

Y no se si lo sentiste. O si sólo te dejabas llevar por el momento. Si para vos fue lo mismo que para mí.

Y no se qué esperabas de nosotros. No se qué debió pasar. Ni qué debía decir.

Y no sé nada. Ni cómo actuar. Ni cuándo hablar. Ni dónde huir.

(Porque cuando estás del otro lado, hablándome, seduciéndome, enamorándome... entonces descubro que no hay forma de escaparse. Que no hay margen de error. Que lo sentiste, aunque lo niegues. Que lo vivís a diario, como yo. Que tu sonrisa, tan perfecta, tan sincera, es todo lo que necesito para sobrevivir)

sábado, 12 de marzo de 2011

Es tu sonrisa desterrando mis tristezas. Y tu silencio aliviando mis gritos desolados. Es tu abrazo manteniendo mis pies firmes. Y tu voz alentandome a seguir.

Es tu mirada acompañandome siempre. Y tu caminar a mi lado sin pedir nada a cambio. Es tu melancolía que se aleja cuando me acerco. Y la calidez de tu mirada objetando mis decisiones incorrectas.

Son los momentos que oscilan en mi memoria. Las veces que me acompañaste sin que lo notara. Los días que convertiste en perfectos. Las noches en que tu lejanía me volvió vulnerable.

Es tu amor, que no me duele, que me salva. Que se ahoga en el fulgor de una mirada. Que resurge de las cenizas, inmaculado. Que se me ocurre perfecto. Eterno. Sagrado.

martes, 8 de marzo de 2011

Porque no se trata de tener curvas o un cuerpo imperfecto. Ni de la manicure, ni de cuidarse, ni de arreglarse el pelo. Ni de estar flaca, o pasada de peso.

Porque no son sólo ojos delineados los que te miran. Ni labios pintados los que te besan. Ni un vestido perfecto el que te seduce.

Porque no se encadena a una cuestión de genero ser sensible a tu historia. Y ocuparme de tu vida. Y alinearme en tu escuadrón para resolver un problema.

Porque no sólo es instinto lo que evita que caigamos al abismo.

Porque no interesa si estoy hermosa, o si no dormí, o si me faltan las ganas, o si me sobra el aliento.

Porque buscás en mi todo lo que no tengo. Y me amás con mi inocencia, mi cinismo, mis faltas de respeto.

Porque si no fuera lo que soy, no te tendría. Y mi vida sería un desierto. Y porque si no estás, no soy. Y cuando estás, me pierdo.

Porque me enseñaste a valorarme más allá de mis defectos.

Porque tu existencia me hace mejor. Porque sos dueño de mis dudas y mis deseos.

Por hacerme más MUJER de lo que nunca soñé y hacer que este día cobre un significado nuevo.

sábado, 5 de marzo de 2011

Otra vez

Otra vez tu mano salvadora, en la oscuridad de la noche, dispuesta a rescatarme de la más angustiosa soledad. Otra vez tus ojos, iluminandome el camino, mostrandome como seguir adelante, como no abandonarme a la desidia de mis lamentos. Otra vez tus labios intrépidos, devolviendome la vida, quitandome el aliento.

Otra vez tus palabras, cuando menos las esperaba, demoliendo muros de silencio, aletargando días de espera, redefiniendo la temerosidad de la ausencia.

Otra vez tu voz, inundando el aire, acelerando mis impulsos, transportandome a nuestro universo paralelo. Auyentando los fantasmas, elevandome a la inverosimilitud de lo eterno, devastando la corporeidad de los deseos.

Otra vez vos, resurgiendo de las cenizas, desafiando al destino, enamorandome de nuevo.

Otra vez yo. Olvidandome del dolor. Huyendo de las promesas. Jugando a cambiar la historia, a retroceder en el tiempo, a quedarme ahí, para siempre, perpetuando ese momento.