jueves, 19 de marzo de 2015

Vengo a contarte todo lo que nunca te dije. Lo que mis dedos se niegan a escribir por vergüenza. Lo que mi alma se niega a asumir por orgullo. Vengo a explicarte que no fue por falta de sentimientos, sino de coraje. No fue por cobardía, sino por inexperiencia. No fue por indiferencia, sino por amor.

Porque no tengo forma de explicarte cuánto me tragué todo este tiempo.  Porque no me alcanzarían los renglones ni las páginas. Porque no se ni como hacer para decirlo sin sonar a una de esas cursilerías que aborrecemos.

Porque releyendo estás ideas sueltas que suelo publicar, descubrí algo demasiado importante. Demasiado intenso. Demasiado grande.

No, no escribo con coherencia. Es que no se como decirte que un simple TE AMO es tan efìmero que apenas alcanzaría para describir un gramo de todo lo que siento..
Vení, vamos a dar una vuelta por el universo, dale. Que juntos podemos evitar el mareo. Vení, dale. Hagamos un juego de seducción a través de esta persiana americana, que quiero que me trates suavemente.

No es nada personal, simplemente un camuflaje para que nadie sepa que me quedo aquí.


Tal vez no sea un crimen intentar construir un puente para caminar hasta que pase el temblor en la ciudad de la furia, mientras nos sumergimos en éste déja vù de mùsica ligera y nos escondemos en este lago en el cielo plagado de cosas imposibles.

Quiero pedir un deseo. Que ya no suelas dejarme sola cuando cae el sol y sale esta luna roja. Y que a este amor amarillo no le llegue nunca el momento del adiós.




Te espero a la vuelta, Gustavo. Gracias.... TOTALES.