viernes, 8 de mayo de 2015

Feo

-Estar sin vos fue raro

- ¿Si? ¿Raro, cómo?

- Feo


¿Feo? ¿Estar sin mi? ¿En serio? NO.

Feo es tener que bancarme horas y horas sin que aparezcas. Respirar profundo y tragarme cada uno de los reproches que te haría por entender (pero no sentir) cuales son las reglas de la relación. Feo es que ni siquiera te enteres de lo que provocás con tus idas y vueltas. Y soportar dignamente no poder hablar por teléfono, sabiendo que es la única forma de sentirte cerca aún estando a cientos de kilómetros.

Feo es el "estoy complicado" que me avisa que apenas voy a conseguir de tu parte el doble tilde azul. Y tener que aceptar tus decisiones por erróneas que las crea. Y asumir que mi lugar está tan al costado de tu vida que apenas si puedo reclamarte atención.

Feo es ver que el horario de tu última conexión ya no coincida con la última vez que me escribiste. Y revisar cada 30 segundos si es que el teléfono no suena o simplemente vos no me estás hablando.

Feo es sentarme a llorar sin querer hacerlo. Y haberte cantado tantas canciones que ahora ni siquiera puedo escuchar. Y que ya no me cuentes las cosas. Y jugar a que estoy bien cuando en realidad estoy desmoronándome por dentro.

Feo, lo que se dice feo, es esto. El resto no se le acerca ni un poco.

jueves, 19 de marzo de 2015

Vengo a contarte todo lo que nunca te dije. Lo que mis dedos se niegan a escribir por vergüenza. Lo que mi alma se niega a asumir por orgullo. Vengo a explicarte que no fue por falta de sentimientos, sino de coraje. No fue por cobardía, sino por inexperiencia. No fue por indiferencia, sino por amor.

Porque no tengo forma de explicarte cuánto me tragué todo este tiempo.  Porque no me alcanzarían los renglones ni las páginas. Porque no se ni como hacer para decirlo sin sonar a una de esas cursilerías que aborrecemos.

Porque releyendo estás ideas sueltas que suelo publicar, descubrí algo demasiado importante. Demasiado intenso. Demasiado grande.

No, no escribo con coherencia. Es que no se como decirte que un simple TE AMO es tan efìmero que apenas alcanzaría para describir un gramo de todo lo que siento..
Vení, vamos a dar una vuelta por el universo, dale. Que juntos podemos evitar el mareo. Vení, dale. Hagamos un juego de seducción a través de esta persiana americana, que quiero que me trates suavemente.

No es nada personal, simplemente un camuflaje para que nadie sepa que me quedo aquí.


Tal vez no sea un crimen intentar construir un puente para caminar hasta que pase el temblor en la ciudad de la furia, mientras nos sumergimos en éste déja vù de mùsica ligera y nos escondemos en este lago en el cielo plagado de cosas imposibles.

Quiero pedir un deseo. Que ya no suelas dejarme sola cuando cae el sol y sale esta luna roja. Y que a este amor amarillo no le llegue nunca el momento del adiós.




Te espero a la vuelta, Gustavo. Gracias.... TOTALES.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Pido permiso para abrir un paréntesis en todas estas locuras sueltas que suelo publicar, porque el corazón me rebalsa de alegría y tengo el alma desbordada de orgullo.

When you cried I'd whipe away all of your tears, when you'd scream I'd fight away all of your fears and I held your hand through all these years.... And here you are. Through any storm, shinning brighter than ever.


Campeón Intercontinental, Ruso. Qué inmenso.

jueves, 29 de mayo de 2014

No se cómo explicarte lo que quiero que seas. Ni cómo decirte que quiero que lo seas. No encuentro las palabras para definir lo que pienso ni explicar lo que siento. Tampoco las imágenes para soñar que te tengo. Ni el silencio para callar tu presencia.

No tengo el valor suficiente para pedirte que te quedes

No tengo el valor suficiente para destejer lo que siento.

No tengo el valor suficiente para contártelo.

No.


Perdoname. Te (me) tengo miedo.

lunes, 31 de marzo de 2014

Los días en Paraná eran tan aburridos que hasta las cuadras parecían multiplicarse al caminar. Nada por hacer para mitigar la espera. Ni un conocido con quien conversar café mediante. Ver un entrenamiento. Almorzar en cadenas de comida chatarra. Volver al hotel. Dormir. Ver otro entrenamiento. Y asi, las horas parecían estar decididas a no hacer mover las agujas del reloj.

Salía a caminar con rumbo desconocido para mitigar el tedio cuando apareció. Sin dar señales de reconocerme. Sin siquiera mirarme a la cara. Pasó a mi lado. Caminamos juntos un par de cuadras. Yo con el corazón desbocado. Ella, quien sabe. Debí contenerme para no seguir sus pasos cuando cambió el rumbo.

Me quedé inmóvil. Perdido. Desorientado.

Volví al hotel, armé el bolso y me fui a la terminal a esperar que saliera el colectivo. No se ustedes, pero yo.... Yo prefiero aburrirme a enamorarme perdidamente y a primera vista.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Miles de palabras se agolpan en mis dedos intentando describir este momento. No son devotas. Ni alegres. Ni siquiera se asemejan al amor.

O quizás si. Quizás se asemejen al amor porque no me entra en el pecho la alegría que me genera la eterna devoción que inspira tu presencia.

O tal vez sea más que eso. No lo sé. No puedo describirlo.

Miles de palabras se agolpan en mis dedos. Y no. No puedo describirte lo que siento.

No cabe en ninguna emoción tu fortaleza. Tu determinación. Tu admirable capacidad de ser y de vivir.

Miles de palabras pugnan por ser escritas, pero sólo una se impone victoriosa a este torrente que busca derramarse y no encuentra cauce.

Sólo una.

VOLVISTE.