Miles de palabras se agolpan en mis dedos intentando describir este momento. No son devotas. Ni alegres. Ni siquiera se asemejan al amor.
O quizás si. Quizás se asemejen al amor porque no me entra en el pecho la alegría que me genera la eterna devoción que inspira tu presencia.
O tal vez sea más que eso. No lo sé. No puedo describirlo.
Miles de palabras se agolpan en mis dedos. Y no. No puedo describirte lo que siento.
No cabe en ninguna emoción tu fortaleza. Tu determinación. Tu admirable capacidad de ser y de vivir.
Miles de palabras pugnan por ser escritas, pero sólo una se impone victoriosa a este torrente que busca derramarse y no encuentra cauce.
Sólo una.
VOLVISTE.
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